Una de las preguntas que más recibimos cuando mostramos el material con el que trabajamos en casa es: ¿por qué se utiliza este material?, ¿por qué en este orden?, ¿y por qué parece todo tan estructurado?
Aunque desde fuera pueda parecer rígido, lo cierto es que esta progresión de materiales en la pedagogía Waldorf responde a un principio claro: respetar la madurez motriz del niño o la niña y acompañar su desarrollo sin forzar etapas. Al mismo tiempo, no se trata de una regla fija, sino de una orientación: lo más importante es observar al niño y ver en qué punto está, tanto a nivel motriz como de interés.
A continuación, repasamos el recorrido habitual, desde el bloque de cera hasta la pluma estilográfica, y explicamos para qué sirve cada material y cuándo suele introducirse.
El bloque de cera
En los jardines de infancia Waldorf, el material de dibujo principal son los bloques de cera, ya que tienen un tamaño más ancho y permiten movimientos amplios, con toda la mano. Esto favorece el desarrollo de la motricidad gruesa, ya que el niño/a pinta con todo el brazo y no solo con los dedos o la muñeca.
En primer curso de Primaria, el bloque de cera sigue presente y se utiliza sobre todo para ilustrar cuentos, rellenar fondos y hacer degradados de color. No se utiliza para escribir letras, sino como una herramienta para explorar el trazo libre y expresivo, sin necesidad de precisión.


El stick de cera
También en el primer curso, se introducen los sticks de cera. Estos tienen forma alargada, parecida a un lápiz, y requieren más control y coordinación. Son los materiales con los que se aprende a escribir las letras por primera vez.
Este paso es especialmente importante porque es el momento en que los niños comienzan a adoptar un agarre funcional del lápiz. Si desde el principio se agarra mal, es muy difícil corregirlo más adelante. Muchas personas arrastran un mal agarre hasta la vida adulta, lo que puede generar molestias físicas y limitar la fluidez al escribir. Por eso, trabajar bien esta etapa con un material que exige precisión sin ser demasiado exigente es clave.
El stick de cera permite sombrear, perfilar y escribir con un trazo firme, y sigue teniendo un componente artístico muy presente. Además, mantiene la calidez del color y permite que el aprendizaje de la escritura esté vinculado al dibujo, algo fundamental en la pedagogía Waldorf y que fomentamos en nuestras guías.
El lápiz grueso
Durante el segundo y tercer curso, una vez que el niño ha adquirido mayor control y precisión, se empieza a introducir el lápiz grueso. Este tipo de lápiz (como los Lyra Super Ferby o los Stockmar triangulares) es más delgado que el stick de cera, pero aún conserva un grosor que facilita el agarre y evita tensiones innecesarias.
El lápiz grueso se usa especialmente para copiar frases, escribir títulos y continuar con el trabajo de escritura dentro del cuaderno de la época. Al tener una mina más fina que la cera, permite mayor definición en el trazo y ayuda a perfeccionar la caligrafía.
En este momento también se consolidan otros aspectos, como la alineación sobre la línea base, la regularidad del tamaño de las letras y la presión adecuada al escribir.



La pluma estilográfica
A partir del cuarto curso, si el proceso ha sido progresivo y respetuoso, se puede empezar a usar la pluma estilográfica. Este instrumento introduce un nuevo nivel de precisión y requiere más conciencia sobre el trazo, la inclinación de la mano y la presión ejercida.
La pluma estilográfica no solo mejora la calidad de la caligrafía, sino que también enseña a cuidar el material y a escribir con atención y cuidado. En general, los niños y niñas viven este paso como un hito: ya no solo “escriben”, sino que “escriben con pluma”. Este gesto simbólico también los conecta con la idea de responsabilidad.
¿Y el bolígrafo? Su uso no es común en las etapas iniciales de la educación Waldorf. Sin embargo, en cursos superiores, especialmente en la secundaria, algunos estudiantes pueden comenzar a utilizar bolígrafos, aunque la preferencia por la pluma estilográfica suele mantenerse debido a su valor pedagógico. En todo caso, cuando ya se ha consolidado el trazo, la pluma y el bolígrafo pueden coexistir.
¿Cómo saber si es el momento adecuado para avanzar?
Aunque la progresión que acabamos de describir es habitual, no se trata de una norma rígida. Lo más importante es observar al niño o niña:
¿Tiene un agarre funcional y relajado?
¿Controla la presión y la dirección del trazo?
¿Muestra interés por probar otro material?
Si la respuesta es sí, probablemente esté preparado para el siguiente paso. Si no, es mejor esperar un poco más y seguir reforzando la etapa anterior.
El recorrido desde el bloque de cera hasta la pluma es una forma de acompañar el desarrollo motriz y emocional del niño, permitiendo que el aprendizaje de la escritura sea gradual, orgánico y, sobre todo, respetuoso con su momento evolutivo.
Si estás acompañando este proceso en casa, lo más importante no es “ir al ritmo” de ningún currículo, sino mirar con atención, ajustar y confiar en el proceso. Cada mano tiene su tiempo. Y cada herramienta, su momento.
¿Tienes dudas sobre qué material introducir ahora? ¿Tu hijo ha mostrado interés por empezar con lápiz o pluma?
buenísima información!
¿El bloque de cera entonces es lo primero con lo que se dibuja? Estoy deseando mi hijo llegue a ese momento! Al de la pluma también porque es una de las cosas más lindas escribir con ellas : ) Gracias!!!