Lectura en voz alta (II)
Algunas consideraciones para leer en voz alta a los niños y niñas
En el post anterior, os compartimos una selección de narraciones para leer en voz alta a niños y niñas de entre 3 y 9 años. Hoy queremos profundizar en algunos aspectos a tener en cuenta al narrar cuentos. Estas historias, como mencionamos anteriormente, son una valiosa fuente de sabiduría, y por ello, el momento del cuento merece ser tratado con especial cuidado. A continuación, compartiremos algunas ideas y principios que seguimos al narrar cuentos a nuestros hijos.
Solo escuchar
En la pedagogía Waldorf, se sostiene que las narraciones son un alimento esencial para el alma de los niños y niñas. Estas historias, cargadas de imágenes simbólicas y un lenguaje imaginativo, los guían hacia valores profundos como el amor por la verdad, la belleza y la bondad.
Por eso, si consideramos que un cuento nutre, es fundamental darle toda nuestra atención. Aunque leer durante la merienda o mientras los niños pintan puede resultar práctico, para aprovechar realmente el poder transformador de las historias es mejor enfocarse únicamente en la narración. Así, el cuento puede desplegar todo su potencial y llegar de manera más profunda.
Confiar en la sabiduría de los cuentos
Una narración bien escogida contiene imágenes poderosas que conectan a los niños y niñas con verdades profundas sobre el ser humano, el orden del mundo y los procesos de la vida. Estas historias transmiten valores y cualidades emocionales que los preparan para afrontar los desafíos y las situaciones cotidianas.
Es importante permitir que el cuento cumpla su propósito sin intervenir en exceso. Como educadores, es natural querer asegurarnos de que los niños comprendan la historia y capten su significado metafórico o moraleja. Sin embargo, intelectualizar el cuento no es beneficioso, ya que el pensamiento lógico es una necesidad propia del adulto, no del niño. Por ello, debemos dar espacio a los niños para que extraigan sus propias conclusiones. Si las expresan, podemos acompañarlos en su reflexión, pero si no lo hacen, debemos confiar en que las imágenes que les hemos ofrecido encontrarán su lugar y actuarán en su interior con el tiempo.
Dejar que los cuentos hablen por sí mismos
Es importante encontrar un equilibrio al narrar un cuento: evitar un tono monótono que dificulte la conexión y comprensión de los niños, pero también abstenerse de un dramatismo excesivo. Esto implica no exagerar las voces ni añadir efectos sorprendentes innecesarios.
Por un lado, fomenta la escucha activa. Al no depender de dramatismos, se educa el oído y la capacidad de atención del niño. Por otro, permite que el mensaje del cuento llegue de manera más auténtica. Rudolf Steiner, en una de sus conferencias, menciona cómo el narrador —ya sea un padre o un maestro— crea una imagen y la presenta en el espacio compartido con el oyente, tanto físico como imaginativo. Sin embargo, el niño no recibe esa imagen de manera literal, sino que internamente transforma lo escuchado en lo que realmente necesita.
Por eso, aunque es esencial evitar la monotonía, también debemos ser conscientes de no sobrecargar la narración con demasiada emoción y subjetividad propia. De este modo, el niño puede conectar con el cuento de una forma personal y significativa, tomando de él aquello que requiere.
Esperamos que os haya resultado útil. ¿Qué aspectos tenéis en cuenta a la hora de leer en voz alta?
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Épocas de Letras Épocas de Números Épocas de Conocimientos
¡Gracias por leernos!
Muy interesante esta publicación ya no sólo a nivel de homeschooling sino para tener en cuenta a la hora de introducir a los peques en la lectura, sobre todo en esta época donde prima el input rápido que creo que a más de uno le afecta para adquirir el hábito de leer.
Gracias por compartir!