Una de las primeras cosas que notamos al cambiar nuestro ritmo de trabajo y escuela y empezamos a hacer homeschooling es que desaparecía esa carrera de las mañanas para llegar deprisa cada uno a “nuestro sitio”, de trabajo o escuela. Entonces, se nos presentaba ante nosotros una multitud de horas por delante y la posibilidad de construir nuestros propios ritmos familiares, sin imposiciones externas.
Una de las cuestiones que más interés suscitan entre las personas que quieren educar en casa es la organización y los horarios. Pues bien, os mostraremos una manera de organizar nuestro día a día de homeschooling que pueda serviros de guía.
⌛️ Tener o no tener horarios
Poner horarios a nuestra jornada homeschooling es una decisión que requiere mucha reflexión previa sobre las necesidades de la familia. Decidir tener o no tener un horario al final será fruto de una mezcla de factores externos (por ejemplo, si los pa/madres trabajan fuera o dentro de casa) e internos (por ejemplo, cómo aprenden nuestros hijos/as).
En nuestro caso, decidimos establecer un horario fijo cada día entre semana porque sentimos que mantener el horario nos da seguridad y propósito, y nos permite acomodarlo a la jornada laboral de los padres y actividades de la tarde de nuestros hijos e hijas.
Así que decidimos empezar todos los días con puntualidad a las 9 de la mañana y terminar entre las 13:00 y las 14:00. Algunos días esto cambia.
🌀Ritmos y horarios, cuál es la diferencia
Para muchas familias, tener horarios de empezar puntualmente a una hora por las mañanas puede no funcionar. Sin embargo, lo que sí podemos argumentar es que si bien no hace falta tener un horario estricto marcado por el reloj, nuestros días deben ir marcados por unos ritmos.
Los ritmos son aquellas actividades que se encadenan una detrás de la otra, y que se repiten en el tiempo. No tienen porqué seguir horarios estrictos, pero sí se producen siempre más o menos a la misma hora.
El concepto de ritmo es algo muy presente en la pedagogía Waldorf, ya que da seguridad al niño/a. En un sentido más etérico, Rudolf Steiner decía que el ritmo era un alimento para el alma. Sea como sea, pensemos como adultos los beneficios que tienen los ritmos de nuestro día a día. Cuando perdemos el ritmo, se nos olvida incluso de comer o cenar; desconectamos de nosotros y de nuestras necesidades.
Con los niños y niñas, podemos argumentar que no saben de horarios, pero sí podemos decir con seguridad que otorgarles un ritmo a sus días tiene grandes beneficios para adquirir hábitos saludables y sentirse seguros/as en su entorno de aprendizaje.
🍃Ritmos diarios, semanales y anuales
A la hora de pensar qué ritmos vamos a crear para nuestra familia, debemos dividirlos en ritmos diarios, semanales y anuales. Los ritmos diarios son aquellas actividades que encadenamos una detrás de otra en un mismo día. ¿Qué hacemos después de levantarnos? ¿Qué hacemos después del desayuno? ¿Qué pasa después de leer el cuento o de cantar tal canción? Saber qué pasará después de cada actividad, ayuda a los niños y niñas a regularse y a ser constantes. El factor sorpresa lo podemos conseguir de otras maneras, pero siempre dentro de un entorno seguro.
Los ritmos semanales son aquellos que marcan actividades concretas en días concretos. Podemos decidir, por ejemplo, que la lectura en voz alta será cada miércoles. También aquí acomodamos otras actividades externas, si nuestros hijos e hijas van a actividades “extraescolares” unos días concretos a la semana. También entran aquí pequeños rituales familiares, como cenar pizza los viernes.
Para acabar, los ritmos anuales son aquellos que pueden venir marcados por las fiestas tradicionales de nuestra sociedad (como la Navidad, la Pascua) y los de las estaciones. Las estaciones cobran mucho sentido para los niños y niñas porque es algo que pueden vivenciar: hace calor, hace frío, nos abrigamos más o menos, llueve más, o caen las hojas, o hay más insectos.
Sí, tenemos horarios, pero sobre todo ritmos
Así que en respuesta a la pregunta de si tenemos horarios, en nuestro caso, sí tenemos horarios. Nuestra “jornada homeschooling” empieza a las 9:00 y acaba a la hora de comer, y por la tarde tenemos también actividades que varían en función del día de la semana. También cenamos siempre a la misma hora y nos acostamos a la misma hora. Después de varios años, es la manera que mejor nos funciona para dar tranquilidad a niños/as ¡y adultos!
Próximamente… cómo iniciar el proceso de lectoescritura
Nos hace mucha ilusión anunciar que hemos recopilado todo el proceso que hemos seguido para iniciar a nuestros hijos en la lectoescritura en formato ebook y que ¡pronto estará a la venta!
En pocos días anunciaremos dónde conseguir esta guía que os dará pautas concretas para enseñar a leer y a escribir a los niños.
¡Gracias por leernos!